Como muchas otras esta publicación se me había quedado atrás. Estuvimos en Valsequillo en los ventorrillos tomando potaje de berros y tortillas de calabaza. Acabé con mi ramo de colinos que compré en el mercadillo paseando como la que lleva un ramo de flores por la calle.
Los colinos, una col de hojas verdes, se consumen antes de que florezcan. Tienen un sabor amargo, por lo que hay que lavarlas bien bajo el chorro, restregando la superficie con la mano.
Los ingredientes del potaje son comunes al potaje de berros, pero el sabor que le aporta el colino lo hace peculiar.
Yo lo pongo todo en crudo, aunque hay recetas en la que he visto que utiliza la cebolla y ajo refrito e incluso se rehoga un poco la costilla. Pero como todo eso está en el gusto de cada uno….
Lo primero es poner a desalar la costilla de cerdo salada en agua durante toda la noche, cambiando el agua un par de veces si son muy gruesas.
Preparamos los ingredientes, pelando un par de piñas de millo, desgranando las judías pintas y preparando un majado con una cabeza de ajos con sal gorda.
En un caldero ponemos a cocer en agua las piñas troceadas junto con las judias y la costilla. Como son más duros que el resto de los ingredientes los pondremos unos 20 minutos antes.
Se van añadiendo el resto de las verduras, es decir calabaza sin piel y troceada, una cebolla picada en brunoise, medio pimiento rojo cortado en tiras gruesas, dos zanahoria pelada y cortada en rodajas, dos calabacines troceados en dados gruesos, y los colinos. Dejamos cocer un rato más.
Los colinos necesitan ser lavados con un poco de brío para que se les quite un poco el amargor, para ellos los troceamos primero y luego los pasamos por abundante agua.
Para finalizar añadimos un par de papas peladas y troceadas, una batata y una cucharadita de pimentón dulce y guisamos hasta que estén tiernas.
También hay quien le añade comino, pero yo me guardo ese sabor para el potaje de berros.