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Pan

Un fin de semana en Fuerteventura y no me he podido resistir a caldear el horno.

Tenemos dos hornos, deben tener unos 60 años. Usé el más pequeño, donde, bien colocados, caben el pan de tres kilos de harina, pero para eso hace falta más práctica, así que me conformaré con un par de kilos.

Se mezcla en un recipiente amplio, aquí tengo una amasadera o artesa estupenda, la harina con sal, azúcar y matalahúva. En agua templada diluimos la levadura seca y se la añadimos a la mezcla, consiguiendo una masa pegajosa. Amasamos hasta formar la bola que dejaremos fermentar durante una hora para que duplique su volumen, abrigando la masa. Si estuviese más tiempo aquí lo podría hacer con masa madre, en verano probaré.

Tengo que agradecer los consejos de Maduxia, del blog salseando en la cocina, sobre como trabajar las masas bastante húmedas para que el pan quede más suelto.

Cambio un poco la forma de amasado en comparación con la tradicional aquí en Fuerteventura. Recuerdo a mi abuela pegándole puñetes a la masa y arrancando trozos a pellizcones, después volvía a juntar la masa hasta conseguir que haciendo un corte con cuchillo estuviese llena de agujeros.

Una vez que tengamos la masa levada, la extendemos quitándole un poco el aire, y doblamos sobre sí misma formando una barra larga, que luego porcionaremos para formar los panes y colocarlos sobre unas tablas enharinadas y mantelados con un paño para que se produzca una segunda fermentación.

Mientras, el horno se va caldeando hasta que, como decía mi abuela, las piedras que enmarcan la puerta del horno «tengan bigotes blancos», y es que cambia de color. Hoy en día tenemos toda la leña que queramos para prender, pero antiguamente una aulaga seca a lo mejor era lo único que se podía conseguir.

Cuando el horno está listo sacamos la brasa, quitamos la ceniza con el barredero un poco húmedo y tapamos la chimenea o bragueta que se dice en mi casa. Ponemos un pan de testigo para ver la temperatura (la alcahueta), y si está listo colocamos rápido el pan para que no se enfríe el horno.

Al sacarlo lo vamos limpiando con un paño para quitarle la ceniza.